FLAMENCO ESPAÑOL



ÍNDICE

1- De la historia
2- De la geografía
3- Del cante
4- Del baile
5- Del duende y el ángel
6- De los nuevos flamencos
7- Frases célebres




1- De la historia

Hablar de flamenco es hablar de arte, del arte de la Andalucía árabe, judía, cristiana, y por supuesto gitana. Esta última etnia, procedente del norte de la India, esta estrechamente vinculada al flamenco de manera que si pretendemos estudiar el origen y características de este arte, no tenemos más remedio que profundizar en la idiosincracia romaní. Generalmente se considera que los gitanos, pueblo errante por excelencia, llegaron a Europa en el siglo XIV y a España aproximadamente sobre el año 1425. Según un documento firmado por el rey Alfonso V en el que se autorizaba la entrada de un grupo de gitanos al país. La razón por la que terminaron asentándose en Andalucía es la hospitalidad y espíritu abierto de unos habitantes acostumbrados a invasiones continuas de otros pueblos como tartesos, fenicios, griegos, cartagineses, romanos, visigodos o árabes.

Como hemos venido apuntando la participación gitana en la aparición del arte flamenco ha sido primordial, pero no olvidemos que el flamenco no es solo patrimonio de los gitanos. Tómese como ejemplo el hecho de que ni tan siquiera un cante tiene nombre en caló (idioma de los gitanos). Por otro lado este pueblo nunca se ha caracterizado por su inventiva, de ahí que muchas de las letras flamencas hayan sido tomadas de la antigua tradición y folclore andaluces, donde siempre predominó la mezcolanza. Y eso es el flamenco, el arte de la mezcolanza.

Intentar fragmentar el flamenco por períodos históricos no deja de ser una tarea complicada si tenemos en cuenta que nunca se suelen tener referencias fidedignas sobre los orígenes de un arte de carácter popular. Lo que podríamos denominar como los comienzos del flamenco se basan en el boca a boca, aunque también poseemos algunas referencias literarias de gran utilidad. Sin embarto no será realmente hasta 1901 con la aparición de los discos, que la leyenda del flamenco se vuelve Historia. Un análisis de la historia del flamenco por etapas podría ser el siguiente:

I. Inicios (siglo XVIII y primera mitad del XIX)

El cantaor más relevante de este período es el llamado Tío Luis el de la Juliana, de quien sólo poseemos referencias indirectas a pesar de haber sido considerado el patriarca del cante de su tiempo. Es también de esta época Tío Perico Cantoral, el primer cantaor profesional.

Aunque las primera referencias a la existencia del flamenco datan de 1793 (Cartas Marruecas, de José Cadalso) no es hasta 1847 (Escenas Andaluzas, de Serafín Estébanez Calderón) que aparecen las primeras referencias literarias a cantaores tales como El Planeta (de quien sólo su apodo se conoce), o Francisco Ortega Vargas El Fillo, discípulo del anterior.

II. Edad de Oro (segunda mitad del siglo XIX - inicios del XX)

Es esta la etapa de las grandes figuras, quienes pasan por fijar los estilos fundamentales del flamenco. El hombre que dominará con su cante los comienzos de este período es Silverio Franconetti, cuyo apellido delata su origen italiano. Franconnetti poseía un extenso repertorio y logró sacar al flamenco del ámbito puramente gitano ejerciendo su arte en los cafés cantantes. El mismo Silverio poseyó un café en la calle Rosario de Sevilla, Café de Silverio, donde actuaba acompañado de otros artistas profesionales que cobraban por su arte. Se podría decir que este es el comienzo real de la comercialización del flamenco.

Esta es tambíen la época de otra variedad flamenca surgida de las minas que, aún comenzando en Andalucía, acabaría desarrollando su máxima expresión en la sierra minera de Cartagena y La Unión (Murcia) debido a la inmigración principalmente almeriense. En estos tiempos una calle de La Unión podría llegar a albergar más de una decena de cafés cantantes, destacando el de Antonio Grau El Rojo el Alpargatero.
De esta época gloriosa son también Tomás Medrano Vargas El Nitri, primer ganador de la Llave de Oro del Cante; Enrique el Mellizo, o Joaquín el de la Paula.

III. Transición hacia la Ópera Flamenca

En esta etapa es imprescindible destacar a artistas como Manuel Torre, de quien el poeta Federico García Lorca diría: "Es el hombre con mayor cultura en la sangre que he conocido"; Antonio Chacón, que llevó el flamenco a los teatros; y Pastora Pavón La Niña de los Peines y su hermano Tomás, quien moriría completamente arruinado a pesar de sus insuperables dotes artísticas.

Este es un período en el que se comienza a tener conciencia de que el arte flamenco iniciaba su declive, de ahí que el célebre músico Manuel de Falla apoyado por un grupo de intelectuales y artistas organizara el Concurso Nacional de Cante Jondo de Granada en 1922. Para Falla el cante jondo era el más puro, pero en lugar de impulsar esa supuesta pureza frente al incipiente operismo, su concurso sólo logró acentuar el deterioro de este arte.

IV. Ópera Flamenca (1920-1955)

El desprecio por la pureza en el cante subraya la superficialidad, imperando la filigrana exagerada, y estableciéndose el fandango como estilo o palo estrella. A este período pertenecen el payo Pepe Marchena, Bernardo el de los Lobitos, Rafael Ramos Antúnez El Gloria y Manuel Vallejo.

V. De 1955 a la actualidad

A partir de 1955 vuelve a renacer la esperanza en el flamenco gracias a la grabación de la primera antología flamenca por Hispavox, el auge de los primeros tablaos, la publicación del libro Flamencología de Anselmo González Climent, la celebración cada tres años del Concurso Nacional Arte Flamenco de Córdoba y la fundación de la cátedra de flamencología de Jerez de la Frontera.

Las figuras esenciales que debemos recordar son Juan Talega, Tío Gregorio El Borrico, Antonio Mairena, el cantaor más largo de la historia; José Fernández Granados El Perrate de Utrera, Anica la Piriñaca, Manolo Caracol, La Perla de Cádiz, el Sordera de Jerez, Agujetas, Bernarda y Fernanda de Utrera, la Paquera de Jerez, y por supuesto, el siempre añorado José Monge Cruz, popularmente conocido como Camarón de la Isla en referencia a su localidad de nacimiento ( la isla de San Fernando en Cádiz).

La actualidad del flamenco viene marcada por la mezcla con otros géneros como el pop o el blues destacando grupos como Ketama, formado por miembros de la dinastía de los Carmona; o artistas como Raimundo Amador, quien se ha codeado en el escenario con músicos internacionales de la talla de B.B. King. Por otro lado, también se mantiene el flamenco tradicional con figuras como el gitano de Jerez José Mercé, quien combina palos clásicos (soleares, tientos...) con innovadoras bulerías por fiestas.

Como se puede comprobar, cuando se lleva a cabo la idea de organizar el flamenco por fases, se suele tomar como referencia a los cantaores, ya que el cante es el fundamento sobre el que descansan guitarra y baile. Sin embargo no debemos nunca olvidar las otras expresiones del flamenco, es decir, el baile y el toque. Tocaores de excepción han sido el Niño Ricardo, Ramón Montoya, Melchor de Marchena, guitarrista de Antonio Mairena; Diego del Gastor, Manuel Morao, Pedro Peña, Habichuela, Manolo Sanlúcar, Vicente Amigo, Tomatito, e indiscutiblemente Paco de Lucía, el mejor y más revolucionario guitarrista de todos los tiempos.

En lo que a bailaores se refiere no debemos dejar de mencionar a La Macarrona, Tía Juana la del Pipa, la inmortal Carmen Amaya, Farruco, Antonio el Pipa, Antonio Soler, imponente bailarín al que no le hacen falta apellidos; y Sara Baras, con su magnifico buen gusto que rebasa las fronteras entre razas.

Dentro del baile existen algunos artistas que se han especializado en las sevillanas. Aunque este sea un baile de menor categoría si lo comparamos con otros tales como las bulerías, goza de gran popularidad ya que, aunque originario de Sevilla, suele ser el baile principal en todas las ferias y romerías andaluzas. Dicha expresión del flamenco se podría definir como el juego de seducción entre un hombre y una mujer, siendo ella la que domina en todo momento la danza con su gracejo y coquetería. Tambíen es posible el baile de sevillanas en parejas de mujeres, pero resulta inevitable que con ello se pierda el encanto intrínseco y primigenia razón de ser de esta danza. En Sevilla, cuna de este baile, son bien conocidas las escuelas de Enrique el Cojo, y Matilde Coral.

Aunque para algunos pueda parecer lo contrario, iniciarse en el flamenco no es solamente una mera tarea de asimilación de conocimientos. El artista nace y se hace, y resulta imposible concebir el arte flamenco sin que ambas premisas se cumplan. Esta es una de las razones por las que a veces se produce el inevitable conflicto entre gitanos y payos a la hora de valorar el nivel artístico de la expresión flamenca. No se puede negar que los gitanos en general poseen un don especial, un punto en su forma de quebrar la voz, un compás y una gracia innatos en su cuerpo que les facilitan considerablemente su acceso a la máxima expresión artística. Camarón de la Isla defendía que un gitano posee algo que no tienen los payos, y no le faltaba razón, ya que es imposible obviar el carácter que su raza les imprime. En cambio, no es preciso ser gitano ni para sentir el flamenco, ni para demostrar inmejorables dotes artísticas. Sirva de ejemplo cantaores como Silverio Franconetti, o bailaoras como Sara Baras, ambos payos. Como afirma el guitarrista gitano Juan Habichuela: "No hay que ser gitano ni payo, sólo bueno o malo".

El flamenco es principalmente sentimiento, reir o llorar; es la crónica de un día a día vivido desde el alma con sus momentos de rabiosa alegría, o sus desgarrados lamentos de amargura. De este modo, dentro del arte flamenco se podrían vislumbrar dos vertientes completamente distintas: la de la fiesta pública y gozosa, y la de la reunión íntima en la que se expresan los sentimientos más íntimos y humanos. Quizás predomine esta segunda faceta por razones obvias.

Uno de los elementos esenciales para la transmisión del sentimiento en el flamenco son las letras, aunque no se puede afirmar que sean realmente imprescindibles. Por ejemplo, no es extraño que un cantaor en pleno arrebato artístico olvide la letra y la sustituya por balbuceos entre quejíos sin que su cante pierda un ápice de hermosura. Sin embargo, debe hacerse incapié en la belleza de las letras, aunque bien es cierto que su lirismo alcanza su más alta cota acompañado de voz y, según se tercie, son. Nótese la amargura en la letra de esta soleá:

Tu calle ya no es tu calle,
que es una calle cualquiera,
camino de cualquier parte.

El querer que me mostrabas
era polvito y arena
que el aire se lo llevaba

Le dijo el tiempo al querer:
esa soberbia que tienes
yo te la castigaré.

Merecía esta serrana
que la fundieran de nuevo,
como funden las campanas

No siento en el mundo más
que tener tan mal sonido,
siendo de tan buen metal.

Voy como si fuera preso:
detrás camina mi sombra;
delante, mi pensamiento.

El carácter poético de estos versos resulta evidente en su estilo, métrica y rima. De hecho es habitual encontrar palos como soleares o siguiriyas entre los poemas de autores andaluces como es el caso del célebre poeta Federico García Lorca. Por otro lado, el desconsuelo que hallamos en esta soleá tal vez represente el sentimiento más flamenco, hondo y puro que existe; aquel que se acompaña de un trágico ¡ay! que significa toda la rabia y la ira que el corazón humano puede albergar en su sufrimiento. El grito desgarrado del cantaor, el llanto de la prima al bordón de la guitarra, ese cuerpo que se retuerce como preso de una llama... Ya lo decía Tía Anica la Piriñaca: "Cuando canto a gusto, me sabe la boca a sangre".


2- De la georafía

El flamenco, como el mundo de las corridas de toros en España, nace en la llamada Andalucía la Baja, es decir, en la zona más meridional que se extiende entre Sevilla y Cádiz. Para muchos aficionados al flamenco la localización habría que estudiarla siguiendo el curso del río Guadalquivir, desde la capital de Andalucía hasta su desembocadura en las templadas aguas atlánticas de la costa de Cádiz. Tomando el río como eje, el flamenco nace y se arraiga de una forma muy especial en ámbos márgenes, como si de unos dedos chispeantes se tratase. El quiebro del cante y la fuerza del baile se asentarían fundamentalmente en el barrio sevillano de Triana, en las localidades sevillanas de Utrera, Lebrija, Écija, Marchena, Osuna, Carmona, Alcalá de Guadaira, y Morón de la Frontera; en las localidades gaditanas de Arcos de la Frontera, Jerez de la Frontera, Sanlúcar de Barrameda, El Puerto de Santa María, Puerto Real y San Fernando; y en Cádiz capital.

Otra posible localización que no deja de ser similar a la anterior abarcaría la zona comprendida entre las ciudades de Sevilla, Lucena (Córdoba) y Cádiz Estamos por tanto hablando de vértices o puntales como Sevilla, Lucena y Cádiz.

Existe también otra posible localización de los orígenes del cante jondo según la cual éste habría sido introducido directamente en la ciudad de Córdoba por los soldados árabes de Tarik en el siglo VII. Por otro lado, es interesante apuntar que un par de siglos más tarde llegaría a la península ibérica un músico y poeta árabe llamado Ziryab, quién traería recopiladas canciones persas que había escuchado por los caminos y que resultaron ser seguirillas, soleares, saetas, malagueñas y granadinas. Estos hechos demuestran claramente que el flamenco no está exento de contenido puramente árabe, cultura bajo la que Andalucía vivió siglos de importante influencia.

Resulta curioso descubrir en el censo de habitantes de Andalucía en el siglo XVIII que las grandes concentraciones de población gitana corresponden a dos provincias que hemos considerado el núcleo generador del arte flamenco: Sevilla y Cádiz. Como se puede comprobar la presencia del pueblo gitano influye de manera decisiva en el nacimiento y desarrollo del flamenco, y la endogamia de esta raza queda patente en el hecho de que los apellidos gitanos que más se repiten mantienen su importancia y recurrencia en la actualidad, como es el caso de apellidos flamencos como Ortega, Monje, Soto, Vargas, Heredia, Jiménez, Hernández, Reyes, Montoya, Cruz, Cortés, García, Peña, Santos, etc.

A medida que fueron transcurriendo los años, el flamenco se extendió alcanzando un territorio mucho más extenso. El desarrollo se produjo de manera radial tomando como centro neurálgico la zona de Sevilla-Cádiz. Un primer radio podría alcanzar Huelva, norte de Sevilla, nordeste de Córdoba y Málaga. Un segundo radio hacia el este abarcaría Jaén, Granada y Almería; y finalmente, un tercer radio atravesaría las propias fronteras andaluzas alcanzando Extremadura, sur de Castilla La Mancha y Murcia.

A medida que la región de máxima influencia se ensancha, la autenticidad se desvirtúa en favor de un arte flamenco más heterodoxo. Según Luis López Ruiz: "El cante y el baile flamenco-gitano del nucleo germinal se va aflamencando primero para acabar finalmente por convertirse en el cante regional por antonomasia de Andalucía".

Podemos completar el mapa, geográficamente hablando, con cuatro nuevos puntales básicos del flamenco en los que el cante, el baile y la guitarra se han arraigado con fuerza: Salamanca y Valladolid, adonde alcanzan las ramificaciones del flamenco extremeño; la siempre cosmopolita y capitalina Madrid con sus tablaos; y por último Barcelona, centro de importante inmigración andaluza y extremeña debido a su poderío industrial. Es precisamente en esta última ciudad donde los gitanos desarrollan un nuevo tipo de rumba que se denomina "rumba catalana" y que encuentra en Peret su máximo exponente.

Una de las grandes rutas del flamenco que cualquier aficionado debiera seguir hoy en día bien pudiera ser la que a continuación detallamos. Empezaríamos por Utrera y Lebrija a treinta y setenta kilómetros de Sevilla respectivamente. Precisamente de esta última población llegó a decir el poeta José María de Pemán que fue fundada por hombres que morían en la cruz cantando or soleares; Jerez de la Frontera a treinta kilómetros de Cádiz, es una ciudad de la que también se dice provienen los mejores cantes y con ella el resto de las provincias andaluzas como Almería,Córdoba, Granada y Jaén.


3- Del cante

Como ya afirmara el poeta Fernando Quiñones, "el cante no se entiende, se vive". Esta característica del cante nos devuelve a la idea del flamenco como expresión del sentimiento, y a la importancia que reside en el poder comprender aquello que el artista pretende transmitir, lo que a veces no esta abierto a todos los públicos.

Para saber de cante el aficionado potencial debe armarse de paciencia para, por un lado, ser capaz de distinguir los distintos palos y sus diferentes compases; y por otro, lograr reproducirlos, lo que no suele estar exento de dificultad. De ahí que podamos afirmar que el conocedor de cante flamenco a tenido que escuchar a bastantes cantaores para poder permitirse el lujo de hablar del tema que nos ocupa.

La transmisión oral suele ser el medio por el que el cante flamenco encuentra nuevas tierras para su desarrollo. La música nunca se ha escrito, salvo rarísimas excepciones, y no es de extrañar que haya multitud de guitarristas que afirmen acompañar al cantaor "de oido". En lo que a las letras se refiere, no ha sido hasta este siglo que algunas de ellas se hayan recopilado para la posteridad. También los poetas andaluces supieron aportar su granito de arena a las letras flamencas escribiendo coplas para el cante. Un ejemplo podría ser esta magnífica siguiriya compuesta por el poeta sevillano Antonio Machado.

Antes de torero
mi deseo primero
fue haber sido
un buen banderillero.

La clasificación de los cantes se puede realizar de distintas maneras: cantes básicos, fandangos y sus derivados; cante grande, cante chico; cantes bailables, y cantes no bailables. Sin embargo, nuestra clasificación pretenderá basarse en determinados estilos o palos significativos bailables agrupando con ellos sus distintas variaciones. La mayoría de estas variaciones suelen ser por razones geográficas, o por un mero capricho de estilo personal.

Los cantes de actual vigencia podrían dividirse en los tres siguientes grupos.

I. Cantes básicos y sus derivados

- Siguiriya: (también seguiriya, o seguirilla). Se considera uno de los cantes matriz, y se acompaña de guitarra y baile. La siguiriya es un cante profundo y dramático que es bastante complicado de interpretar. Por otro lado el baile que lo acompaña suele contagiarse de esa solemnidad siendo bastante pausado y seco. Una variedad muy popular es la siguiriya gitana.

Cuando yo me muera,
mira que te encargo
que con la cinta de tu pelo negro
me amarre las manos

- Soleares: (también soleá) consta de tres o cuatro versos que se pueden acompañar de un baile que resulta pausado y suntuoso. La soleá es otro de los pilares básicos del cante flamenco y como la siguiriya, tonás y tangos se considera puramente gitano.

¡Puente de Triana!
¡Se cayó la barandilla
y el coche que la llevaba!

- Tangos: cante alegre de Cádiz que acompaña al baile. Consta de tres o cuatro versos, y se acompaña de toque de guitarra. En lo que al baile que lo acompaña se refiere, es jubiloso, garboso, insinuante, e incluso a veces bastante improvisado.

Ante el altar me juraste
que nunca me olvidarías
y faltaste al juramento
cuando más falta me hacía

- Tanguillo: no tiene medida fija pero sí un estribillo que marca su estructura salerosa. Es una copla propia de Cádiz que está cargada del tono burlesco que caracteriza a su carnaval. Se acompaña de guitarra y un baile, que como el de los tangos, no esta exento de improvisaciones. Uno de los más populares es el de los duros de Cádiz del que presentamos un fragmento.

Aquello duros antíguos
que tanto en Cádiz dieron de hablar,
que se encontraba la gente
a la orillita del mar.
fue la cosa más graciosa
que os podeis imaginar:
allí medio Cádiz con espiochas
allí fue hasta mi suegra
y eso que estaba ya medio chocha (...)

- Tientos: su paternidad se atribuye al cantaor gaditano Enrique "El Mellizo". Consta de tres o cuatro versos, y se acompañan de guitarra y baile, el cual resulta bastante cadencioso dada la lentitud y solemnidad de este cante.

Cuando me meto en cuarto
hablo con mi Dios y le digo
que hasta mentira parece
lo que has hecho tu conmigo

- Polo: copla de cuatro versos octosílabos rimando los pares que debido a su desuso llega a aconfundirse con la caña. Se acompaña de guitarra y baile.

Me preguntan si te quiero
y las fatigas me ahogan,
yo te estoy queriendo a ti
como mi misma persona.

- Caña: cante similar al anterior. En un principio no se concebió como bailable hasta que Carmen Amaya lo introdujo en su repertorio. Resulta bastante difícil de interpretar, siendo uno de los artistas que mejor la ha interpretado Antonio Chacón, de quién destacamos la siguiente letra:

A mi me pueden mandar
a servir a Dios y al Rey
pero dejar tu persona
eso no lo manda la ley

- Liviana: cante gitano que se encuentra entre la siguiriya y la serrana cuya estructura esta compuesta de cuatro versos que se acompaña de guitarra y se baila con solemnidad. El cantaor que dotó de mayor grandeza a este palo fue Antonio Mairena.

El que quiera madroños
vaya a la sierra
que se estan desgajando
las madroñeras

- Serrana: copla de camperos, bandoleros, arrieros y pastores. De estructura igual al palo anterior con un pequeño estribillo añadido, solía suceder a éste en la típicas series que se remataban con una siguiriya. Se acompaña con guitarra y su baile es de creación reciente.

Por la Sierra Morena
va una partida
y el capitán se llama
José María.
que no va preso
mientras su jaca torda
tenga pescuezo.

- Romance: (También corrido o corrida) no es más que la consecuencia de la convivencia entre gitanos y andaluces, lo que dió lugar a un aflamencamiento del típico romance castellano. Originalmente no se bailaba, pero la variedad interpretada por el cantaor Antonio Mairena pueden ser bailadas por bulerías.

Mi madre me metió a monja
por reservarse mi dote.
me cogieron entre cuatro,
me metieron en un coche,
me pasearon por pueblos
y a una y a dos a dos
me iba yo despidiendo
de las amigas que tengo. (...)

- Cantiñas: nombres genérico que agrupa a las alegrías, la romera, el mirabrás y los caracoles. Las alegrías se destacan por su gracia, siendo las más populares las de Cádiz. Se conciben principalmente para ser bailadas, ya que se caracterizan por ser bastante festeras.

¡Ay! El corazón
el que diga que no siente
dolor en el corazón
es que corazón no tiene
para sentir el dolor.
vive penando,
vive penando
el corazón que vive
desconfiando

- La romera deriva su nombre a la reiterada mención que hace esta copla de una romera o amada. Como todas las otras cantiñas, se caracteriza por ser un cante muy alegre y bailable que se acompaña de guitarra.

Romera, ¡ay mi romera!
no me cantes más cantares.
Como te coja en el hierro
no te salva ni tu madre

- El mirabrás es un cante vibrante acompañado de una guitarra festera cuya composición y tema suele recordar a los pregones, además de relacionarse con el movimiento liberal que se originó en Cádiz a raíz de la creación de las Cortes en 1812.

A mí no me importa
que un rey me culpe,
si el pueblo es grande y me abona,
voz del pueblo, voz del cielo.
Y viva verdad que son las obras,
con el mirabrás
se amarra el pelo
con una hebra de hilo de hilo negro

- Los caracoles deben su nombre al estribillo que a modo de pregón repite dicha palabra. El baile que acompaña a este cante suele ser interpretado por mujeres, ya que su ornamentación requiere ciertos movimientos ondulatorios que serían de gran dificultad para un hombre.

De Sanlúcar al Puerto
hay un carril,
que lo han hecho las Mirris
de ir y venir.
La Mirri chica,
la Mirri grande,
las dos están hechas
de azúcar cande.
¿Qué es lo que suena?
Los presidiarios
con sus cadenas.

- Peteneras: La copla tiene cuatro versos con repetición de alguno o añadido de otros por lo que suelen cantarse seis versos. Se canta y se baila en son paulatino, con majestuosidad, arrogancia y sensualidad.

Quien te puso Petenera
no supo darte nombre,
que debía de haberte puesto
la perdición de los hombres.(...)

- Bulerías: cante festivo de los gitanos de Jerez. Dentro de su heterogeneidad pueden destacarse dos tipos básicamente: las bulerías al golpe, para cantar; y las bulerías ligadas, para bailar. Se canta y se baila a la vez.

Ayer tu niña en la calle
me dijo que la besara
y a mí me dio escalofríos
pues tiene tu misma cara.
Y me temblaron las carnes
de la pena que me dio
pensar que era rosa grana
podía ser de los dos.

II. Fandangos y sus derivados

- Fandango: Su procedencia es vaga aunque parece que, curiosamente, en su origen fue un cante para acompañar al baile. El baile consta de tres tiempos con movimientos vivos y apasionados.

Me la tienes controlá
hasta el agua que yo bebo
no sé donde va(s) a i(r) a pará
con esos malditos celos

- Fandanguillo: modalidad de canto nacido en Huelva con el que se acompañaba antíguamente al fandango, pero son más espectaculares y coloristas y se cantan a pecho abierto.

Entre el monte y la marisma
Hay un lucero escondío.
Si la vista no me engaña
Es la Virgen del Rocío,
La más bonita de España.

- Verdiales: El nombre se debe al pueblo de donde proviene este cante. La copla tiene cuatro versos octosílabos y se canta y se baila con guitarra, empleándose con frecuencia el violín, las castañuelas, e incluso pitos para marcar el compás. Su estilo es sencillo y alegre; y las más populares son las del cantaor Juan Breva.

¡Ay pueblo de Los Verdiales!
¡Quién te pudiera traer
metido en la faltriquera
como un pliego de papel!

- Jaberas: Copla de cuatro versos sin compás de exagerado ornamento cuyo baile requiere grandes condiciones físicas.

¿Por qué no me olvidas hoy
si me vas a olvidar mañana?
Sácame de esta ilusión,
No seas mala gitana.

- Rondeñas: Son el fandango más antíguo de Málaga con cuatro versos sin compás. El baile de la rondeña es vivo, alegre por su profusión de giros.

Rondeña vienes cantando,
sobre la cama me siento,
porque, en oyendo rondeñas,
se me alegra el pensamiento.

- Taranto: Cante de cinco versos de tema minero y ritmo marcado que se acompaña de guitarra y se baila.

El alcalde de Guadix
ha publicado un bando:
que las cañas de maíz
no se lleven arrastrando
porque tienen que servir.

III. Cantes aflamencados de procedencia folclórica regional o hispanoamericana

- Sevillanas: Copla bailada de procedencia sevillana muy popular en Andalucía. El baile se ejecuta por parejas formadas por un hombre y una mujer, o por dos mujeres en series de cuatro coplas que se llaman la primera, la segunda, la tercera y la cuarta, todas ellas con letras y pasos de baile diferentes y un estribillo común. Pueden ser alegres y vivaces; o lentas, recreándose en cada movimiento.

María es mi sin vivir
por ella muero
dolores llora por mí
yo no la quiero
son la noche y el día
mis dos amores
el amor de María
y el de Dolores

- Villancicos: Son coplas de cuatro versos que el cantaor va acumulando mientras cuenta una historia navideña. Hoy se cantan mucho por bulerías por fiestas, lo que las convierte en bailables.

La Virgen lleva una rosa
en su divina pechera,
que se la dio San José
antes que el Niño naciera

¡Alegría, alegría, alegría,
Alegría alegría, alegría,
que ha parido la Virgen María
en el portal de Belén!

- Farruca: es una especie de tango de Cádiz de cuatro versos que están llenos de cadencia y melancolía. El hecho de que el baile resulte recio, altanero y sobrio lo hace especialmente adecuado para los hombres, destacando el redoble del taconeo.

Una farruca en Galicia
amargamente lloraba;
se le había muerto el farruco
que la gaita le tocaba.

- Garrotín: El bailaor-cantaor lleva el compás con el chasquido de los dedos. Es un cante-baile gitano y festero con letras ingénuas y un estribillo que se repite. Alcanzó gran popularidad gracias a La Niña de los Peines.

Pregúntale a mi sombrero
mi sombrero te dirá
la mala noche que pasa
y el relente que le da.
Garrotín, con el garrotán,
de la vera, vera, vera
de San Juan. (...)

- Rumba: Copla de cuatro versos de orígen español-cubano. Es un cante de ida y vuelta, es decir, una copla española llevada a América. Allí toma tintes del folclore autóctono y vuelve a España cargada de mestizaje. Una variedad muy popolar es la desarrollada por los gitanos catalanes, destacando entre ellos Peret.

Yo me la llevé a mi casa,
se la presenté a mi gente,
y le pusieron corona
por ser gitana decente.

- Zambra: cante y baile muy antíguo, rutinario y monótono en su ritmo. La copla de la zambra tiene cuatro versos; y hoy es posible contemplar la zambra bailada en las cuevas del Sacromonte en Granada.

Me pusiste "Yerbamala"
y ese nombre es mi amargura,
tu querer nadie lo iguala,
tu va(s) a ser mi sepultura.


4- Del baile

Como hemos venido analizando en el capítulo anterior dedicado al cante, el baile nació como acompañamiento expresivo a éste, como una necesidad de exteriorizar aún más esa marea de sentimientos que el cante en sí y por sí ya suponía. Al igual que en el caso del cante, no se puede negar el don que para el poseen los gitanos, pero sin embargo seguimos reivindicando el soberbio arte de muchos payos, en su mayoría andaluces, que han sabido y saben ejecutar esta danza con espectacular maestría. Sin embargo, habría que diferenciar claramente lo que es el baile gitano del payo. Las características principales de la danza gitana son su falta de academicismo, su elevada dosis de intuición y su estilo personalísimo; mientras que el baile payo suele proceder de la instrucción, siendo esta una característica que lo hace más perfeccionista, y sin embargo, excelente transmisor de la expresión flamenca.

Escenas Andaluzas de Estébanez Calderón es, al igual que en el cante, la primera fuente literaria en la que aparecen referencias al baile flamenco, y en particular a un baile en el bello barrio de Triana, cuya Cava de los Gitanos supo imprimir su profundo arte flamenco esta zona de Sevilla. Probablemente, la aparición del flamenco en general y el baile en particular se remonten mucho más allá en el tiempo, pero al no tener constancia de ello a través de testimonios escritos no debemos aventurarnos a realizar afirmaciones imprecisas al respecto.

Si comparamos cante y baile, parece evidente que la aproximación a este último resulta mucho más sencilla para aquellos que pretenden iniciarse en el flamenco por la variedad de aspectos que lo componen. En una era como la actual en la que prima lo visual, el baile flamenco se establece como valor en alza con su zapateo y sus cinturas quebradas, con sus dúctiles muñecas y erguidos torsos en desafío, con esos gestos de rabia y sentimiento... Los bailaores tienen el divino don de saber impresionar a todo tipo de público, de ahí que sean bastante apreciados por el público extranjero de manera que el baile se ha convertido la expresión flamenca que actualmente se contempla con más frecuencia en los escenarios de todo el mundo. Tanto es así que hoy en día se podría afirmar que está pasando de ser un derivado del cante, a reivindicar su lugar y su prestigio dentro del mundo flamenco.

Dentro del baile flamenco la diferencia principal se establece entre lo que es el baile masculino y el femenino, aunque en la actualidad se está tendiendo a un tipo de baile más homogéneo fruto de la intersección de ambos sexos. En cambio, una carácterística que siempre ha sido común al baile de hombre y de mujer es la condición imprescindible de poseer cierta gracia natural para poder llegar a ser un buen bailaor o bailaora. Ya lo decía Tomás Pavón respecto al cante: "El cante jondo ni se enseña ni se aprende, se perfecciona", esa es la verdad de cualquier expresión flamenca. La personalidad, el duende, la gracia, el arte innato, y el angel deben formar parte de la materia prima de cualquier bailaor o bailaora, porque de nada vale la precisión técnica si el baile no se lleva por dentro.

El baile masculino se caracteriza por su dominio de la postura erguida, por el zapateado, por la firmeza de brazos y por unas manos que suelen pasar a un segundo plano, aunque en el caso del baile gitano tienden a adquirir mayor protagonismo rizándose con un arte muy especial.

El baile femenino juega con las manos y en especial con los dedos quebrando, ondulando y retorciendo el cuerpo hasta niveles insospechados. Todo ello no es más que consecuencia de las características físicas de la mujer, que como apuntamos con anterioridad, puede llegar a interpretar ciertos palos que los hombres son incapaces de ejecutar.

En lo que respecta a la vestimenta, como es natural ésta ha ido modificándose a lo largo del tiempo tendiéndose a la simplificación y la modernidad. Ya quedaron atrás aquellas batas de colas que más que embellecer el espectáculo solían convertirse en un lastre para la bailaora. En la actualidad predominan cuerpos ceñidos que dejen contemplar la belleza de movimiento en los brazos; faldas largas, amplias y satinadas que la bailaora domina con gracia para acompañar el taconeo. También han quedado en el olvido el colorido en lo que a la vestimenta masculina se refiere. Hoy en día se contemplan pantalones y chaquetillas estrechas y oscuras, e incluso algún torso descubierto como en el caso del bailaor Joaquín Cortés.

Finalmente, sería interesante apuntar algunas cuestiones que son esenciales en lo que se refiere al baile flamenco y que pueden ser de gran utilidad para aquellos a quienes les interese interesarse en la apreciación de este arte. Por un lado, el baile flamenco se caracteriza por ser pausado. Como dice la bailaora Manuela Vargas hay que "pararse un poquito en el escenario". Así pues, el baile flamenco no es una competición en la que la calidad depende del número de pasos que se puedan marcar por minuto. Además, este tipo de baile se caracteriza por no necesitar de grandes espacios para la ejecución individual, es decir, el arte consiste en saber bailar sobre un máximo de un par de losetas.

Por otro lado, dada la estrecha conexión entre cante y baile, lo interesante sería poder saber el tipo de cante que se está interpretando y que sirve de guía al baile que se ejecuta. Es por ello que hemos dedicado un capítulo tan extenso al cante y a sus distintas variedades y palos, ya que sin ellos el baile no existiría. El problema reside en que en la actualidad se tiende a mezclar distintos palos de manera indiscriminada, y en consecuencia, el espectador es incapaz de discernir aquello que está contemplando. Desde tiempo inmemorial se han venido combinando cantes serios y otros más ligeros -recuérdese el caso que apuntamos con anterioridad de siguiriyas, livianas y serranas-, pero una cosa es intentar aligerar el dramatismo y otras es mezclar palos a placer, lo que desvirtúa seriamente el baile. Quizás esté en el público exigir estas marcas de calidad, pero para ello, como afirma el bailaor Antonio el Pipa, lo principal es instruirse.


5- Del duende y del ángel

Según la definición del Diccionario de la Real Academia Española, el término duende aplicado al flamenco significa "encanto misterioso e inefable", lo que no resulta muy ilustrativo. El cantaor gitano Sordera de Jerez tenía razón al asegurar que "el duende es una cosa que se lleva dentro, eso no lo conoce nadie, eso tiene que nacer de la persona". Por lo tanto, intentar definir el duende resulta bastante difícil. Ya decía el cantaor Manolo Caracol: "cualquiera sabe lo que es el duende, porque si se supiera lo que es, entonces uno diría: Que venga el duende ahora".

Por duende podríamos entender una especie de inspiración sobrenatural que lleva al guitarrista, al bailaor o al cantaor a interpretar su arte con tal fuerza de expresión que puede llevarle a rasgarse las vestiduras o arañarse en pleno climax. Es, al fin y al cabo, la sublimación del arte flamenco, y el mayor sufrimiento de un artista reside en comprobar que el duende le ha abandonado.

Cuando un artista se siente tocado por el duende alcanza una calidad y un sentimiento en su cante, su baile y su toque que parecen procedentes de otras esferas. Es entonces cuando se siente a gusto y realmente transmite emoción, pero como hemos venido diciendo hasta ahora, también la materia prima es esencial, la gracia innata, el pellizco que atrapa a la audiencia y hace que se le erice el vello, es decir, el ángel. Un artista con ángel tocado por el duende atraviesa las barreras de lo humano y hace del flamenco un arte divino. En definitiva, irónicamente, el duende es el alma y el ángel el cuerpo.


6- De los nuevos flamencos

El bailaor Antonio Canales afirma que "ahora es una horterada decir que no te gusta el flamenco, y hace diez años era una horterada decir que sí te gustaba"; y no le falta razón. El flamenco ha pasado de abocarse a los límites del olvido, a instaurarse como un género de plena moda. Hasta tal punto es así, que actualmente existe una tendencia que podríamos denominar "nuevo flamenco" o "de los nuevos flamencos" que se basa en el mestizaje de este arte con otro tipo de estilos como el pop o el blues.

El camino hasta llegar a esta simbiosis de géneros ha sido largo y árduo. El inicio de esta progresión hacia el nuevo flamenco podría encontrarse en el cantaor Camarón de la Isla, en el guitarrista Paco de Lucía, y el bailaor Antonio Gades.

El tandem Camarón-Paco de Lucía fue uno de los más rompedores de los años setenta. Paco de Lucía logró ampliar los horizontes de la guitarra andaluza con su flamenco-fusión, que le permitió entrar en contacto con el jazz de Chick Korea, Jorge Pardo, Carles Benavent o Rubém Dantas y la música clásica del compositor español Manuel de Falla; sin olvidar músicos de talla internacional como Carlos Santana. Camarón de la Isla llegó a ser llamado el Mick Jagger gaditano por su característica rebeldía contra la ortodoxia del género.

En esa misma época, el bailaor Antonio Gades combina el flamenco con el ballet clásico dando a su baile un carácter plenamente contemporáneo como se apreciaría en su adaptación del drama de Federico García Lorca Bodas de Sangre.

Todos estos artistas comenzarían una tendencia aperturista dentro del flamenco que desembocaría en los nuevos flamencos y su creación de lo que se podría denominar flamenco-pop. Las pioneras de este género fueron Las Grecas que con su Te estoy amando locamente, sus tintes rubios y sus brillantes trajes discotequeros rompieron con el mito gitano y la intolerancia. Tras estas mujeres surgieron otros grupos de gran éxito como Los Chorbos, Los Chichos o Los Chunguitos, quienes se ganaron a todo tipo de público con su rumba-pop; o Pata Negra de quienes Camarón diría: "Pata Negra hace lo que todos andamos buscando: el flamenco-rock gitano". Otro tipo de rumba más catalana sería la interpretada por Peret o los internacionales Gipsy Kings, género que también ha alcanzado gran profusión dentro del panorama pop.

En la actualidad, Raimundo Amador y los grupos Ketama y la Barbería del Sur, quizás sean los más llamativos por haber continuado con esos experimentos de fusión con el jazz y el blues que en su momento iniciara el guitarrista Paco de Lucía.

Algunos puristas no han sido capaces de entender esta corriente renovadora que no tiene por qué ser una amenaza para el flamenco tradicional. Los Ketama reconocen que los aficionados no consideren su música flamenco porque no se adscribe a su raíz más pura, pero ello no implica que no sea una música de calidad. Ademas, como afirma el escritor Antonio Gala: "El flamenco, a pesar de los riesgos, sigue permanentemente puro, porque el misterio se protege a sí mismo".


7- Frases célebres

I. Bailaores

1. Pastora Imperio:
- "Bailar, lo que se dice bailar, ha de ser de cintura para arriba".
- “Soy la escultura de una hoguera”.

2. Antonio “El pipa”:
- “Yo prefiero bailar de arte antes que de técnica”.
- “Los bailaores flamencos se tienen que buscar la vida para ser efectistas porque hoy en día falta personalidad”.
- “El público es cada vez menos exigente porque cada vez se está informando menos”.

3. Sara Baras:
- “El riesgo debe existir en el arte, también en lo personal, si no nunca avanzas”.

4. Antonio Canales:
- “Los bailaores actuales no hemos inventado nada, hemos sido una pieza más del eslabón”.
- “El público que compra su entrada es quién de verdad manda”.
- “El flamenco es un arte que no se puede perder”.
- “Ahora es una horterada decir que no te gusta el flamenco, y hace diez años era una horterada decir que sí te gustaba”.
- “El flamenco es nuestra máxima y más profunda cultura de nuestra tierra”.
- “El flamenco es algo vivo y además es un arte joven y al que le quedan muchos años”.
- “El artista debe, como escultor, preparar bien los materiales, y me gusta ir viendo la progresión de los niños bailaores”.

5. Eva “La Yerbabuena”:
- “A veces un silencio dice mucho y obliga a escuchar”.
- “La madre del flamenco es el cante aunque la labor más difícil la tiene el guitarrista que hace sentirse satisfechos al bailaor y al cantaor”.
- “Los artistas estan siempre en coma”.

6. Matilde Coral:
- “El flamenco no es un espectáculo de fuerza sino de estética, estilo, carisma y disciplina dancística”.

7. Antonio Ruíz Soler “El Bailarín”:
- “El baile es una contínua creación técnica y artística”.

8. Juana Vargas “La Macarrona”:
- “Estas piernas mías que han sido de bronce, van siendo de alambre”.
- “De fiesta en fiesta, esperando una alma buena que quiera acordarse de que existe el flamenco. Ni en los cafés, nosquieren ya, cuando hemos sido siempre las reinas del mundo”.

9. Tía Juana la del Pipa:
- “Soy más gitana que las costillas del faraón”
- “Lo que tengo ha salido de mi cuerpo”.

10. Carmen Amaya:
- “¿Qué quieres que te hable de mi baile? ¡Pero si yo no lo sé, oye!

11. Enrique “El Cojo”:
- “Poquísima gente da los pasos exactos, y casi nadie sabe hacer la pasada en la tercera sevillana”.
- “Cayetana Alba podría haber sido Carmen Amaya si no se hubiera perdido por ser aristócrata”.

12. Farruco:
- “Soy un gitano verdadero, de los más puros, he perpetuado mi raza y guardado con tesón nuestras costumbres”.

13. Joaquín Cortés:
- “La cultura del flamenco se siente y se lleva dentro y cualquiera puede enamorarse de ella”.

II. Cantaores

14. Silverio Franconetti:
- “Por detrás de mí aún tiene que nacer el que cante”.

15. Manuel Torre:
- “Todo lo que tiene sonidos negros tiene duende”.

16. Pastora Pavón “Niña de los Peines”:
- “El cante es como un chorro de sangre que se abre como una mano de diez dedos".

17. Tomás Pavón:
- “El cante jondo ni se enseña ni se aprende, se perfecciona”.

18. Antonio Mairena:
- “Lo que yo no puedo es crear cante, como no creo que lo cree nadie ni lo ha creado nadie”.

19. Manolo Caracol:
- “No he copiado a nadie, y yo lo que canto es mío y no me parezco a nadie. Malo, bueno, regular, peor es de Manolo Caracol”.
- “Se nace cantando, pero después hay que perfeccionar el cante para llegar a tener espíritu propio. Hay que vivir el ambiente del cante y aprender lo bueno que los demás tengan”.

20. José Monge Cruz “Camaron de la Isla”:
- “El flamenco no tiene más que una escuela: transmitir o no transmitir”.
- “No es lo mismo cantar en un cuarto que en un escenario. En el escenario hay que ser artista”.
- “El cante es una inspiración artística”.

21. Antonio Fernández “Fosforito”:
- "El cante esta por encima de cualquier genio, si es que en esto se puede llamar genio a alguien”.

22. José Mercé:
- “El duende y el rajo son mis secretos”.

III. Tocaores (Guitarra)

23. “El niño Ricardo”:
- “Yo he llorado viendo torear a Chicuelo. El que no sienta así la guitarra... ¡Malo!"
- “Soy la síntesis convergente de la guitarra clásica del flamenquismo y la guitarra vertiginosamente evolucionada de la época moderna”.

24. Diego del Gastor:
- “El sentir de la guitarra es una cosa, y erl ejecutar es otra”.

25. Manuel Morao:
- “El flamenco puro es la vanguardia”.
- “Hay profesionales muy buenos y muy pocos artistas”.

26. Juan Habichuela:
- “Yo me como la guitarra y a veces he pedido perdón por acompañar demasiado bien”.
- “Para ser el mejor en el cante hay que tener el corazón como una mesa”.
- “Hay que saber ser esclavo del cantaor”.

27. Paco de Lucía:
- “Se ha mejorado en la técnica, en la modulación, pero falta personalidad en la voz flamenca”.
- “Si fuera cantaor. Para tener personalidad, agarraría toda esa herencia que dejaron la Niña de los Peines, Chacón, Torres...Y cogería un poco de allí y otro de acá, pero no me quedaría en ser sólo un camaronero.Hay aún mucho en los clásicos que revisar”.
- “Dicen que para ser universal tiene que ser de tu pueblo. Yo creo que si sólo piensas en lo que puede gustar a los demás te vuelves loco”.
- “Soy muy crítico conmigo mismo, después de grabar un disco es muy raro que lo vuelva a escuchar”.

28. Agustín Castellón “Sabicas”:
- “No sé enseñar, por eso no doy lecciones, por que a mí nunca me enseñó nadie”.

29. Ramón Montoya:
- “En el cante uno debe ser dueño de su capacidad y nunca excederse”.

30. José Fernández Torres “Tomatito”:
- “El flamenco esta ligado al sentimiento y la emoción”.

31. Pedro Peña:
- “La base de la guitarra esta el ritmo y la vibración”.

32. Pepe Habichuela:
- “La base de la guitarra en España no anda bien, apenas gusta”.

33. Manolo Sanlúcar:
- “El flamenco es una filosofía, una manera de pensar y sentir de todo un pueblo y su tradición histórica”.
- “Yo quiero que los expertos de la música universal que se puedan acercar, que no lo vean como algo tribal y tópico”.

34. Vicente Amigo:
- “El arte es lo divino y la guitarra sólo es un instrumento para expresarlo”.
- “El arte flamenco puede cambiar tu vida y engancharte para siempre”.

35. Ramón Montoya:
- “En el cante uno debe ser dueño de su capacidad y nunca excederse”.
- “Yo soy de Madrid, del mismo Lavapiés, de esa tontería de barriada que tan bien define a la capital de España”.

36. Juan Peña “El Lebrijano”:
- “Cuando cantose moja el agua”.
- “La música es el bien componer de los sonidos del tiempo, y todo lo que entre en esta definición es válido para mí”