Conferencia pronunciada por el periodista Ignacio de Cossío en el Salón de Grados de la Facultad de Derecho de Sevilla, con motivo de las IY Charas de Pre-Feria en la Universidad Hispalense (8 / IV / 2003). En primer lugar quisiera agradecer a la Asociación Cultural "Tertulia Taurina Universitaria" en la figura de su actual presidente Carlos Trejo, el haberme invitado a ofrecer la primera Charla de Pre-feria de la temporada sevillana para hablarles de nuestro querido novillero gerenense Manuel Escribano Nogales.
Escribano comienza su andadura por el planeta de los toros entre los volantes flamencos de su madre Lola y el pulso firme del bisturí de su padre Francisco curando la herida abierta de un toro. Con muy pocos años Manolo, con su primer capotillo confeccionado por su madre, parece entusiasmarse cada vez más por la magia de la fiesta.
Sus primeros pasos por las dehesas de su pueblo pronto se hacen notar en los tentaderos de los Albaserrada, Sánchez-Ibargüen y Lora Sangrán, viendo torear a sus paisanos los hermanos Campuzano o a Antonio Manuel Punta.
Los antecedentes taurinos de Escribano se remontan a su propia familia, pues no podemos de olvidar que su tío Luis fue también novillero y su padre llegó a ser el primer veterinario especialista en ganado de lidia en España.
La primera vez que Escribano toreó una becerra contaba con tan sólo nueve años de edad, durante un tentadero en la finca gaditana de El Grullo de Núñez del Cuvillo. Ya con catorce años y siguiendo los consejos familiares, ingresa para perfecionar su toreo en la Escuela Taurina de Sevilla.
Su primer debut sin caballos tiene lugar durante un festival celebrado en mayo de 2000 en la plaza francesa de Palavás. En este festejo cortaría su primera oreja. Un mes más tarde Manuel, con tan sólo catorce años de edad, se enfunda su primer vestido de luces, (que era a la sazón de azul marino y oro) en la localidad cacereña de Valdivia y torea un astado de Paco Ojeda. Es aquí donde comienza a banderillear, para más tarde salir a hombros por vez primera de una plaza de toros.
Además Manuel Escribano va a estar presente en casi una veintena de festejos taurinos entre novilladas y becerradas, celebradas en diversas localidades madrileñas y otras plazas como las de Las Navas y Guillena, entre otras.
Durante aquellos primeros años Manuel sigue enfrascado en los históricos vídeos de Fernando Achucarro, concretamente en las cintas de Paquirri, Camino y Ordóñez con el fin de coger ideas y captar actitudes de estos maestros frente a la cara del toro.
Su primer compromiso Maestrante tiene lugar en la tarde del 19 de julio de 200l. Concretamente en aquel día se celebra una novillada sin picadores del hierro de Litri. El éxito no se hizo esperar, y obtuvo las dos orejas del cuarto novillo de la tarde.
Sin duda ésta fue la tarde de sus principios que más ha disfrutado el torero sevillano, pues suponía un pasaporte seguro. Su actuación impresionó de principio a fin. Escribano no lo dudó y se fue a portagayola a recibir al novillo y quiso darle también una larga de rodillas, aunque pronto resultaría alcanzado por el utrero. Sin mirarse siquiera, él se levantó de nuevo, y recitó varias verónicas rematándolas en los medios de la plaza. Cómo sería de emocionante esta serie de capotazos que hasta la banda de Música del maestro Tejera empezó a tocar por primera vez. Sin duda estábamos ante una noche mágica de Manuel Escribano. Luego vinieron unas ajustadísimas chicuelinas y el tercio de banderillas, en el que también colocó un gran par de banderillas por los adentro s, para culminadas más tarde con una gran faena de muleta basada en tres pases falleros, alternados con tres por alto, una serie al natural rematada con un afarolado y un pichazo hondo con el estoque.
Este año fue por tanto un año de intensa responsabilidad, ya que volvería a la Maestranza una semana después, repitiendo el mismo traje que en su primera actuación en el coso del Baratillo, con el deseo fetichista y tan taurino de repetir su éxito anterior.
Sabiendo la responsabilidad que recaía sobre él, al ser en aquellos momentos el triunfador de todo el ciclo de novilladas de promoción sin picadores; una vez más lucha y repite triunfo ante una novillada de Juan Pedro Domecq, cortando una oreja a cada oponente.
Finalmente, tras cerca de treinta novilladas entre festejos y festivales estoqueados, Escribano debuta con caballos en una corrida mixta celebrada en la Plaza de la Victoria de Venezuela. En la tarde americana del 2 de diciembre de 2001, junto al rejoneador Fabio Grisolía y el diestro Erick Cortés ante reses de Tarapío, finalizó el festejo con dos vueltas al ruedo del diestro sevillano. Más tarde en Francia, hace lo propio en el coso de Chamadé el 17 de febrero del año siguiente. En esta última plaza corta tres orejas al torear en un interesante mano a mano con el novillero galo Julian Lescarretante con reses de Garcigrande.
Pero realmente el año de Escribano ha sido el de la pasada temporada. Es cuando el torero de Gerena se proyecta como novillero, obteniendo de nuevo importantes éxitos, como en sus actuaciones de Sevilla, Mont de Marsan, Peralta, Sanguesa y Galapagar. Éste sería además el de su bautismo de sangre, ya que recibe sus dos primeras cogidas. La primera y más grave, de 20 centímetros de extensión, un toro le hirió en el muslo posterior de la pierna derecha mientras toreaba a portagayola durante su actuación en la plaza de toros de Almería. La segunda le alcanzó el escroto mientras entraba a matar a su segundo novillo en la plaza francesa de Ayemont. Escribano llega a sumar esa temporada un total de 40 novilladas (27 en España y 13 en Francia), 78 novillos lidiados, 15 salidas a hombros y 56 orejas y un rabo cortados.
En nuestra ciudad, vestido con el traje azul marino y oro, premio a sus actuaciones anteriores, vuelve a torear por cuarta vez el cinco de abril del pasado año. En el cartel le acompañaron los novilleros sevillanos Francisco Javier Corp'as y Juan José Domínguez frente a reses de Torrealta. Su balance podía haber sido mayor que la vuelta al ruedo y la fuerte ovación que obtuvo, si no llega a ser porque su faena no fue rubricada con la espada. Podíamos haber estado hablando con toda seguridad de la primera salida a hombros del torero gerenero por la Puerta del Príncipe.
Aún podemos recordarle en aquella tarde maestrante. Escribano volvería a su ya clásica portagayola en su primero, en la que fue arrollado por el novillo. Manuel mostró una vez más variedad con el capote en un quite en el que engarzó una larga, una caleserina y una serpentina. Levantó al público de los asientos en banderillas, con un espectacular par al quiebro por los adentros. Luego, comenzaría su faena de muleta con un fallero que casi nos cortó la respiración. Hubo también toreo del bueno. En los tercios, dos magníficas tandas de naturales, templados y largos, la primera con un deslumbrante cambio de mano como comienzo, y un garboso pase del desprecio como cierre. El público enloquecía de momento con su toreo, pero todo quedó en una vuelta, si bien clamorosa, por errar en la suerte suprema. Dejaría un gran regusto.
Con el manejable quinto de Torrealta se la jugó nuevamente a portagayola. De nuevo, variedad con el percal. Yen banderillas, extraordinario, en un par de poder a poder, otro de dentro a fuera y uno al violín. Faena seria, con ritmo y calado profundo en los tendidos, con buen trazo por ambos pitones y depurados pases de pecho. Después de unas manoletinas, el público empezaba a echarse la mano a los bolsillos en busca de pañuelos, pero vinieron desgraciadamente los pinchazos, y pese a ello todo quedó en una fuerte ovación que el torero recibió desde el tercio. De nuevo los nervios le fallaron, y quizá también se echó en falta una preparación tanto física como técnica que en la actualidad derrocha.
De aquella temporada recibió numerosos premios y distinciones como el premio al mejor novillero de la temporada en Sevilla, otorgado por la Tertulia Taurina Los Trece; trofeo Biarriz al novillero revelación de la temporada 2002 en Francia; premio a la mejor faena de la localidad navarra de Peralta; y el premio al novillero triunfador en Beziers (Francia).
Manuel Escribano no ha podido tener mejor comienzo de temporada.
Hasta el momento ha toreado en ocho novilladas saliendo hasta en seis ocasiones por la puerta grande de plazas como Castellón, Los Barrios, La Línea, Bexti (Castellón), Samadet (Francia) y Molina de Segura (Murcia). En San Sebastián también estuvo muy bien y dió vueltas al ruedo muy ovacionadas.
Como resultado de su faena realizada el pasado 25 de Marzo en Castellón, recientemente ha sido galardonado por la Peña taurina local de El Juli como "novillero triunfador" de la pasada Feria de la Magdalena.
De la corrida valenciana junto a Paco Ramos y Alejandro Rodríguez, podemos apuntar una gran labor lidiadora de Escribano frente a dos novillos de José Vazquez, puro encaste Zalduendo. En el primero de su lote, un manso y rajado utrero, volvió a salir a portagayola para más tarde banderillear con seguridad, hacer un apretadísimo quite por chicuelinas e inventarse a continuación una faena muy técnica para aprovechar el escaso recorrido del novillo. En ésta cortó una oreja tras una gran estocada. En el quinto de la tarde parecía que todo se iba arreglar. Escribano incluso le realizó un quite muy ajustado por gaoneras. El novillo embestía con clase y metía la cara en los engaños, pero no duró más que dos tandas de derechazos, y a partir de ahí echó la cara un poco abajo y estuvo a la defensiva. Escribano dio fin al novillo con una estocada completa y, haciendo la suerte, recibió una voltereta espeluznante que, gracias a Dios, no pasó a mayor gravedad. Aquí cortaría dos orejas.
De momento, según su apoderado Manuel Álvarez Canorea, el torero tiene la intención de torear en al menos sesenta tardes, haciendo el paseillo en todas las ferias de primera categoría durante la presente temporada.
Pronto le tocará asumir festejos de gran relevancia, como el del próximo Domingo de Resurrección en Málaga, junto a Joselito Ortega y Manzanares con toros de Martelilla; o el 27 del presente mes en Garlin (Francia) ante Julien Miletto y Fernando Cruz con toros de Fuente Ymbro. De todos modos, su vuelta a la Maestranza por quinta ocasión será de vital importancia de cara a la nueva temporada, ya que el próximo domingo 18 de mayo se volverá a enfrentar a otra gran revelación novilleril, como es José María Manzanares (hijo) cerrando el cartel Jesuli de Torrecera y ante reses de Torrealta. Este es a priori el cartel más esperado de los del ciclo de novilladas de este año en la Real Maestranza.
Del estilo y toreo del Manuel Escribano de hoy podemos decir que es un toreo templado, alegre y espectacular, basado en el valor y en la raza. Escribano parece no querer tan sólo cumplir con sus compromisos en el ruedo, sino que cada tarde desea jugarse el físico en pro de su arte. Su valor parece extraído de las canteras de Gerena. Esto puede sonar extraño para quien nunca haya visto a nadie jugarse la vida. Por ello debemos afirmar sin peligro a equivocamos, que Escribano posee un gran concepto del toreo basado en el valor como pilar sobre el que se sustentan su valores más artísticos.Para torear bien se requiere un valor sobrehumano, y todos los toreros que verdaderamente han toreado bien en la historia de la Tauromaquia han tenido muchísimo valor. Un Antonio Ordóñez, un Paco Camino, un Diego Puerta o un Paquirri han tenido una valor seco que se asemeja en mucho al de Escribano.
Su toreo de capa consigue el efecto que pretende, interesar al público, acercar al novillo a los caballos; pero donde también ha conseguido grandes éxitos es como banderillero. El torero de Gerena banderillea muchas veces en gran carrera, y su poderío le presta gran vistosidad, sobre todo en el cuarteo, en el par de poder a poder y al violín.
Podemos afirmar que su toreo esta basado en sus condiciones de atleta y un amor propio extraordinario que le hacen superar cada tarde sus compromisos más difíciles.
Es evidente que donde su toreo adquiere mayor importancia es con la muleta, que maneja con soltura, temple y ligazón. La emoción nacida de su toreo es correspondida por la variedad, entrega y espectacularidad de algunos lances que suele resucitar en sus actuaciones. Escribano persigue también la quietud, y además posee un concepto del toreo largo. Engancha a los novillos, les prolonga el viaje con temple y enseguida deja la muleta puesta. El buen fin de las faenas las suele rematar al volapié, lo que le da una gran vistosidad, creando con ello una emoción inmediata. Además cabría añadir que Escribano poco a poco se irá forjando como un excelente estoqueador.
De sus primeros años de novillero hasta hoy en día, Manuel Escribano ha adquirido una preparación, madurez y técnica claramente notables. Bien es cierto tiene como director artístico al diestro de Gines Manolo Cortés, quien seguro ha tenido mucho que ver en esta transformación del toreo de Escribano.
Finalmente queremos desearle al diestro Manuel Escribano muchos éxitos profesionales. Éxitos aún sólo planean sobre en el horizonte de la imaginación de los que siempre hemos creído en él.
Porque la verdad en el toreo es sólo el nombre de aquello sobre lo que una persona no puede dudar, es el camino que debe transitar todo torero, adaptándose al ambiente de manera tan completa, que lleve a parar pulsos y relojes, siguiendo esa estela luminosa que le conduce al triunfo. Una palabra esta del triunfo que no posee adornos externos, pero que todos reconocemos de inmediato. Es esa secreta elegancia del torero, que sabe que cien años después de que todos hayan muerto y tal vez todo se haya olvidado, hombres que nunca oyeron hablar de esa verdad, volverán a reencontrarse con ella.
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